El dinero no te puede comprar felicidad, pero te permite elegir tu propia forma de desgracia. (Marx…Groucho)
La persistencia de la inflación presiona a los argentinos a buscar rendimientos mayores para sus ahorros para que así no se desvaloricen. Así empujo a muchos a inclinarse sobre el dólar, debido al ciclo de devaluaciones de los últimos veinticinco años, pero también, como forma menos riesgosa, por los depósitos a plazo. Obviamente existen otras formas y productos (acciones, bonos, fondos de inversión, etc), algunos sofisticados, pero estos son los que más adoptan los que temen al riesgo. Particularmente, los depósitos a plazo tienen una doble función, además de ser un resguardo, determinan el mercado de préstamos.
A abril de 2025, sobre una base monetaria de $33 billones y reservas brutas por 25.000 millones de dólares, existen depósitos en el sistema por $ 145 billones y prestamos por $ 79 billones, con un tipo de cambio oficial de $ 1100 y una tasa de interés de referencia de BCRA de 29 % ( sobre una devaluación pautada del 12,6 % anual) y una inflación anual acumulada del 67% y una proyección conservadora del 26% anual (2% mensual).
Entonces, existen dos hechos:
- La relación base monetaria / reservas brutas, bajo una “supuesta convertibilidad”, arroja un tipo de cambio de $ 1320. O sobran pesos, o faltan 7000 millones de dólares para sostener el tipo de cambio a $ 1100.
- Se mantiene un alto nivel de depósitos en el sistema, producto de una tasa de interés pasiva efectiva promedio de 36%, frente a expectativas de inflación menores y la tasa de devaluación pautada. Este es el “carry trade”.
A la vez, se deposita mucho, y se presta poco, y con una característica: un 39,8% son préstamos al consumo y un 50,7% son comerciales y solo 9.5% con garantía real. Del total, 3.5% son hipotecarios. La tasa nominal promedio de créditos personales es del 69% anual y los adelantos en Cta Cte de 43,8%. La financiación con tarjeta…83,7% anual. (Datos BCRA). Escaso, caro y de corto plazo orientado al consumo.
Este escenario de corto plazo marca la presión devaluatoria, la necesidad de recomponer reservas brutas, restricción de pesos y tasas altas (“Dinero caro”).
La asistencia del FMI se plantea en este sentido, y sugiere que es una solución parcial, dentro de un contexto de vulnerabilidad interna y crisis financiera externa, producto de la guerra arancelaria entre USA y China, reordenamiento del comercio mundial y ajuste en los mercados bursátiles, en un nuevo equilibrio incierto, con consecuencias poco predecibles para Argentina.
Miércoles 9 de abril de 2025